
No sé, no sé que me está pasando. Rara en un mundo de normales, o normal en un mundo de raros. Últimamente mi vida es un juego y juego mucho al estúpido y llamativo "dejarse llevar"... y, la verdad, me gusta. Desde siempre, por distintos motivos, elegí plantear mi vida de esa manera, que viniera lo que tuviese que venir y punto, pero realmente nunca lo había llevado a cabo, era mi idea, eso... una idea. Hasta mi propia filosofía de salvación (que ya no es tan propia) para entender las cosas, podría decir hoy. Quizás la única respuesta que tuve fue esto, no encontrar respuestas. Aprendí a no preocuparme por tal o por cual, ni por Fulano ni por Mengano, este punto un poco egoísta para algunos ojos, lo es para las míos. Tampoco, pretendo planear todo milésima a milésima, período por período, siempre, mejor dicho, casi siempre espero resultados, consecuencias. Es porque creo que llega, porque no tiene explicación, ni factores causantes. Solamente pasa, es. ¿Será por todo esto que nada de lo que siempre quise salió como hubiese querido, como alguna vez soñé ? Supongo que sí. Lo que no he dejado, ni pienso dejar de hacer, es imaginar. Imaginar. Ideas, nada concreto, sueños adolescentes, no reales, visiones del futuro más cercano, porque no queremos pensar en el lejano. Me dejo llevar... Dejo libre mis pensamientos, los dejo llevar...
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